La toxina botulínica comercialmente conocida como Botox es otra opción
para quitar las arrugas de expresión y tratar de evitar la formación de nuevas arrugas.
La toxina botulínica es una neurotoxina fabricada por una bacteria llamada Clostridium
botulinum.
La empresa Allergan es creadora del producto comercial Botox, y en el año 2009 Ipsen
ha creado su propia molécula denominada Dysport. Ninguna de estos productos es igual a la
neurotoxina creado por la naturaleza y tampoco son iguales entre ellos aunque todos ellos
producen un efecto similar.
Esta técnica consiste en inyectar la toxina botulínica o Botox debajo de la
piel para que los músculos faciales implicados en los movimientos que generan o hacen
visibles las arrugas (levantar las cejas, fruncir el ceño, sonreír, etc.) estén mas
relajados o parcialmente inmovilizados.
Debido a las características del producto no esta indicado para el tratamiento de
todas las arrugas, y solo se suele aplicar para tratar las arrugas del
entrecejo, las patas de
gallo y las arrugas
de la frente.
Los resultados son temporales ya que el Botox es absorbido por el cuerpo y desaparecen
sus efectos mas visibles en aproximadamente 6 meses.
Efectos secundarios del Botox
El efecto secundario del tratamiento con Botox o toxina botulínica más conocido
aparte de la buscada paralización o relajación muscular es la aparición de algunos
pequeños hematomas comunes en las zonas en las que se usan agujas para inyectar o extraer
líquidos de nuestro cuerpo. No obstante, estos hematomas desaparecen en menos de una
semana después del tratamiento con Botox.
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